jueves, 3 de octubre de 2019

"Pogo", de Daniel Mella

La escritura es pobre y plagada de name-dropping de la cultura, un prurito por otro lado bastante típico en los escritores jóvenes e inmaduros (hay que tener en cuenta que Mella publicó inicialmente este libro con 21 años, y luego lo republicó en su "forma definitiva" con 31 años). Visto desde el 2019, el discurso y el estilo del libro parecen ya haber nacido muertos, y su utilidad literaria creo que es únicamente historiográfica y como instrumento cultural.

Hacia el final el relato posee cierta fortaleza poética, aunque algunos movimientos musicales del fraseo de Mella son un poco forzados y pretenciosos. Curiosamente, comparto en plenitud algunos de los recursos estilísticos que Mella utiliza hacia el final, como el fraseo acelerado y las pausas musicales arbitrarias (o aparentemente arbitrarias para el lector). Creo que los pasajes alrededor de la muerte de la madre son los más potentes, y auguran una poética destacada.

El único personaje interesante, a mi entender, es la madre, que paradójicamente es el personaje con menor agencia en toda la historia. Su realce tan negativo, umbrío, casi neurovegetativo, nos la presenta como la hipotética llave, la raíz, de las experiencias del protagonista. Además es la receptora de los rasgos más violentos y perturbadores del protagonista, y Mella sutilmente la coloca más acá del escándalo y por fuera del sediento ojo juzgador del lector.

Quizá por las carencias descritas más arriba, el personaje más flojo es el protagonista. Su parloteo babea un poco en el snobismo del wannabe en la literatura, un poco en la pose pseudo-punkilla. Todos los otros personajes, con excepción de la madre, parecen extensiones versionadas de su trilladísimo vacío existencial, y en algunas de sus esquinas Mella apenas logra esbozar la sospecha de un cínico. Como siempre, y como básicamente todos los personajes miembros de esta reducidísima subtribu que se desea elevar como muestra ejemplar de la sensibilidad de clase media uruguaya, hay un veraneo en los balnearios atlánticos del Este uruguayo. No hablo de sus ideas ya expiradas, como la "violencia" del libro, o su "moral".

Compañeros, por lo general el abuso del name-dropping fosiliza los libros. Ya deberían saberlo.

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