domingo, 13 de octubre de 2019

"Mujeres", de Elvio E. Gandolfo

En estos tres relatos fantásticos, el trabajo de Gandolfo es bastante dispar. El primer texto, "Escamas, Piel", que es el más logrado, exhibe un trabajo técnico narrativo y musical que envuelve cómodamente sus dos personajes principales, y nos aporta un efecto final de belleza, de movimiento interno, de respiración que ha sido raptada por el fraseo musical. Es cierto que desmejora un poco cuando Gandolfo abusa de "las etapas" entre los personajes, pasajes que el autor nos ofrece como aspectos narrativos demasiado explicados para la carga afectiva y la importancia plástica que tienen en el texto. En todo caso, Gandolfo alcanza sus cumbres en la enigmática personalidad de la mujer, que es construida al unísono con mucha técnica e instinto, y nos da un aspecto de naturalidad, de enigma natural. Pasajes como los siguientes nos harán mejores lectores (y escritores):

Pero el viento inconfundible tenía una dosis de adrenalina euforizante, sin el peso deprimido del frío invernal, que golpeaba al que caminaba como un destino.
[...]
El olor fuerte, áspero, que traía el viento desde el agua agitada, el brusco silencio sobre los adoquines desparejos, las paredes gastadas, casi venerables, el detalle de un perro único y amarillo que salió de su inmovilidad y desinterés para contemplarlos, acentuaron en Berti la convicción de la soledad de la mujer.

Tanto el segundo como el tercer texto aspiran a la incógnita y el frenesí de los protagonistas, que casi siempre recurren a la huida como su tema central (también presente en el primer texto). El segundo texto merece alguna atención, aunque nos enteramos de que su metáfora es bastante trivial, y en cierto sentido resentimos esta intrascendencia. Y el tercer texto, lamentablemente, no funciona en absoluto. El recurso fantástico no parece arriesgarse más allá de una ocurrencia o locurita inventiva de Gandolfo, que apenas llega a bizarrada, y todo queda como recortado en un cartón. El volumen musical ha abandonado a Gandolfo y la potencia del texto no encuentra apoyo. El fraseo es soso, y uno está como esperando llegar al final del libro para pasar a otra cosa.

Curiosamente el libro -que es un recopilatorio- se titula "Mujeres" pero los narradores son hombres (en el tercer texto, un homosexual pobremente desheteronormatizado), observadores-objetivadores de las mujeres-fantasías. Toda la fantasmagoría, fantasía o recurso enigmático está corporizada en las mujeres o ellas son el vehículo hacia ello.

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