martes, 1 de enero de 2019

"Falsas ventanas", de Claudia Amengual

Pocos libros peores que éste de Amengual.

Un libro de pésimo trabajo técnico, de estilo descuidado y frases trilladas donde, de forma desprolija, la paz es dulce, el frío es oscuro, el silencio es profundo, y las casas se deterioran como mujeres que no se encreman ni se arreglan el pelo. Por suerte un gesto de cariño es bello como el amor eterno.

Amengual nos ofrenda una estructura desordenada, donde los elementos diegéticos de distinta prioridad no se corresponden con el peso narrativo que les es otorgado.

El narrador y protagonista es bastante pasadito de machista y sexista como para ser tolerable ahora o en el 2011 -o en cuaquier caso-, cuando fue el libro fue escrito. Amengual nos deja de perlita la idea de que al parecer las mujeres se convirtieron en jefas de hogar gracias a la crisis del 2002, que es además la que nos dio en Uruguay ese cambio de matriz cultural que tenemos hoy, por suerte.

Por si fuese poco, Amenagual nos propone además un narrador "oligarca" que nos revela cómo las mujeres pobres tienen muchos hijos para obtener "un nuevo estatus en el barrio", gracias a las asignaciones familiares del Estado.

Lamentablemente es el tipo de literatura que encontrás en las mesas de oferta de la FIL Montevideo.

Lo publicó Alfaguara. Tiraje de 5000 ejemplares. Imagínense.

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